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Desde algún lugar entre los humedales y la Universidad Intercultural de Chiapas, San Cristobal de Las Casas, Mexico
Revista Alternativa Anticapitalista en construcción a partir de la destrucción de algunos esquemas...

domingo, 23 de noviembre de 2008

«Revolución verde»


Romance sonámbulo (fragmento) «…Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas…. Verde carne, pelo verde, …las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas…» Federico García Lorca


Hecha en Estados Unidos para el Mundo


Texto: Azucena de Abril Solís Espinosa


Verde fue el color tomado por una revolución agrícola que se presentó en México; pero, en qué consistía esta revolución, cuáles fueron sus objetivos, quiénes la promovían y cuáles fueron sus consecuencias...

Desde los orígenes de la humanidad, una de las principales preocupaciones ha sido la obtención de alimentos. En los 40´s un grupo de científicos gabachos encabezados por Norman Ernest Borlaug y financiados por la Fundación Rockefeller trabajaron en un nuevo modelo de producción agrícola, en donde el objetivo principal era generar alimentos en gran escala (para combatir el hambre del mundo, decían). En este nuevo modelo de producción eran empleados «paquetes tecnológicos» que incluían: nuevas variedades de cultivo de alto rendimiento (trigo, arroz y maíz principalmente), fertilizantes, pesticidas (muchos de los cuales fueron gases utilizados como armas en la Segunda Guerra Mundial), tractores y demás maquinaria.

Varios años tardaron en su investigación, pero por fin ya tenían un modelo; ahora había que probarlo ¡y Qué mejor que con los pobres vecinos!, «atrasados» por seguir con su sistema de producción tradicional y sus variedades que no eran económicamente rentables; de ahí que a principios de los 50´ en México comenzó la implementación de esta Revolución; este «progreso ficticio» se vio reflejado en las grandes extensiones de monocultivos, alta compra de insumos, utilización desmedida de agroquímicos (por la falta de capacitación), cáncer y enfermedades de la piel para los agricultores y para los consumidores de dichos alimentos, contaminación ambiental, deterioro de ecosistemas, etc., sólo por mencionar algunas consecuencias; pero todo esto era el precio de «aumentar la productividad» y muchos países subdesarrollados como México lo pagaron. Irónicamente, la misma pobreza y marginación en la que se encontraban muchas comunidades (en su mayoría indígenas) dieron pauta a que este nuevo esquema de producción no desplazara totalmente las prácticas tradicionales, conservando de esta forma la riqueza de sus agroecosistemas y su cultura.

Durante estos 60 años de implementación de la Revolución Verde, las consecuencias desfavorables y lo lejano de su objetivo inicial (que era combatir el hambre del mundo y que ahora es el slogan que retoman para justificar a los cultivos transgénicos), generaron la investigación en torno a modelos alternos que buscan el aprovechamiento racional y sustentable de los recursos naturales y la conservación del conocimiento tradicional. Uno de éstos movimientos es la Agroecología… pero esa, ya es otra Revolución.

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