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Desde algún lugar entre los humedales y la Universidad Intercultural de Chiapas, San Cristobal de Las Casas, Mexico
Revista Alternativa Anticapitalista en construcción a partir de la destrucción de algunos esquemas...

viernes, 20 de marzo de 2009

jueves, 19 de marzo de 2009

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Narco Cultura

Juan Pablo García Vallejo
LA SOCIEDAD GANDALLA.
De la utopía la distopía.
1er Manifiesto Pacheco
Publicado en La Guillotina No. 24, primavera 1991, pp.34-38

Para los que son
Para los que no son y
Para los que quieren darse un son.

Consideraciones sobre la marihuana y la cuestión de la droga.
1
Para el tizo, grifo o pacheco no hay peor marihuana que la que no se fuma. Aunque la utopía pacheca sea siempre viajar con la marihuana pelirroja, su mensaje es: MÍRAME, FÚMAME Y RÓLAME

2
El uso y consumo de la marihuana en la vida cotidiana de nuestra sociedad capitalista es un secreto a voces. Su mensaje está en todas partes de la Ciudad de México:
-En los camiones guajoloteros
> Para crecer fuerte y sano, fúmate un porro temprano<
-En las paredes de la ciudad:
> Nosotros los marihuana somos guadalupanos, no pinches comunistas putos<
-En los conciertos de rock, cuando Alex lora dice a la banda:
> No se olviden de aquel viejo refrán que encierra gran sabiduría: ¡ojo rojo, corazón contento!<
-En los mítines frente a la Secretaría de Gobernación:
> ¡Con kilos se los llevaron, con kilos los queremos…!

3
La sociedad capitalista, incluyendo México, siempre se ha horrorizado por la contaminación de la plaga de la droga en las masas urbanas, olvidándose por completo que si nació y se propagó fue gracias a ella. El consumo de masa de la droga es la expresión de la miseria real y la protesta de esa miseria real. La farmacodependencia y el narcotráfico son dos inversiones hiperrentables para el capitalismo, utilizadas para garantizar su perennidad.
LA DEFINICIÓN DE LA DROGA EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA ES:
LA R E P R E S I Ó N.
Walter Leamy de la INTERPOL, confirma cínicamente lo anterior al declarar recientemente: “La represión es cada vez mas eficaz en los países de América Latina”


4
La represión hacia la droga se manifiesta de la siguiente manera:
“los judiciales buscan hierba por todos lados, buscan el cemento, sueñan con cemento, ven thiner por todos lados, en todos lados encuentran el cemento, cada uno de los habitantes de Neza y Anexas de (=México) trae hierba y similares, los judiciales buscan la hierba, los judiciales traen pistola, los judiciales pegan con la cacha, para los judiciales todo el mundo trae drogas, para los judiciales en Neza y Anexas todo el mundo trae drogas…”
José Cueli, Neza y Anexas.
5
Para el estado capitalista el abuso en el consumo de drogas es uno de los problemas de salud mas graves hoy en día, pues en su opinión, el uso propio o impropio de las drogas representa un daño que se hace el hombre a si mismo y por ende a la sociedad, sin embargo no explican por qué es perjudicial ni tampoco quién determina esto ni sobre qué bases se fundamenta. A la sociedad burguesa sólo le interesa lo que el individuo hace a si mismo y no lo que la sociedad burguesa hace al individuo.

El capital y el Estado comparten una oscura ambigüedad en la tolerancia de la drogas a parte de considerar este hecho unilateralmente, desde el punto de vista médico, o sea no considerar sus dimensiones sociales o políticas, haciendo a un lado la razón principal para explicar el uso y consumo de drogas, y en general, la cuestión de la droga (una interrogante sobre el terreno de la ideología) en la sociedad burguesa. La existencia de drogas legales, toleradas y reconocidas socialmente ,como el alcoholismo planificado, y las drogas ilegales, sancionadas y desaprobadas socialmente por su “ peligrosidad” tanto política como social. Esta situación es completamente ignorada por el capital y el estado a riesgo no sólo de perder su jugoso invento, sino una masa adormecida por las drogas.

EL VERDADERO USO QUE SE DA A LA DROGA EN EL CAPITALISMO ES LA DESVIACION DE LA REVOLUCIONES. LA DROGA VALE LO QUE LA SOCIEDAD QUE LA PROMUEVE.

6
La marihuana, la hierba, no es una droga. Esto ya se ha demostrado hasta el cansancio en diferentes países y en múltiples ocasiones por gente que el estado capitalista sabe que no es tonta, como W.S. Burroughs la clasificación científica mas aceptable de la droga se establece a partir de la diferenciación y las consecuencias del uso y consumo de las distintas clases de drogas:
-las drogas duras como los estimulantes (anfetaminas y cocaína), los depresivos (narcóticos y barbitúricos) que junto con el alcohol y los solventes (thiner, cemento) son sustancias que ocasionan hábito, dependencia física y en consecuencia una vida cotidiana toxicómana regulada por el reloj de la droga.
-las drogas blandas como los productos derivados psicotrópicos de la marihuana, el peyote, los hongos alucinógenos, por sus efectos hipersensibles-alucinógenos no producen hábito, ni dependencia física alguna, sino exclusivamente un ligero extrañamiento psicológico.
Pero, PARA LA SOCIEDAD CAPITALISTA, TODO ES DROGA, ES DROGA, ES DROGA…

7
La marihuana, el peyote, los hongos alucinógenos y cientos de sustancias mas, han sido utilizadas desde hace muchísimo tiempo por casi todas las culturas como alimento cosmogónico, de ahí su nombre genérico “las plantas de los dioses”. Su consumo en dichas sociedades tradicionales tiene una representación simbólica, socio- religioso, es decir transcendental e iniciático, de identificación colectiva. En la actualidad las sociedades modernas han mitificado las drogas al convertirlas en mercancías exóticas, vulgares mercancías sin esencia ni tradición alguna.
Sin embargo su consumo en la actualidad representa un universo de experiencias para millones de individuos, es decir, un horizonte de identificación psíquica y existencial que los cohesiona. Particularmente el uso y consumo de la hierba posibilita un espacio-tiempo alternativo frente a la alienación generalizada con su terror y su tiranía en la vida cotidiana en condiciones capitalistas, pero sobre todo es la manifestación de los conflictos individuales ocasionados por las actuales condiciones de producción capitalista y por la realidad obscena, vacía y fría que origina el consumo alienante.
8
Fuera de la banda pacheca nade se quiere balconear con la discusión de la cuestión de la droga en la sociedad capitalista, a excepción de dos identidades de la Sociedad Gandalla que son completamente anti-droga y principalmente anti-pachecos. En primer lugar las instituciones duras, encargadas de la salud y seguridad pública, la procuraduría general de justicia, la secretaria de salubridad y asistencia, el ejército, el sistema carcelario, etcétera. En segundo lugar las instituciones blandas como el CONADE, los centros de integración juvenil, los grupos 24 horas de Alcohólicos Anónimos, el ADEFAR, y la buen intencionada liga de drogadictos anónimos. Instituciones y burocracias de control cuyo único objetivo real es obtener mayor poder sobre el individuo y la población. El estado justifica cínicamente la existencia de las instituciones blandas a costa de reforzar las instituciones duras con el fin de controlar a la población toxicómana y aplicarle sus clasificaciones “inofensivas” y sus categorías de poder: enfermos por usarlas o criminales por el solo de poseerlas.
Por otra parte, se encuentran los mass media, la televisión (principalmente dirección infantil de TELEVISA) la radio, los periódicos amarillistas y su hipócrita “servicio a la comunidad”, la ciudadanía en abstracto, para legitimar su ideología reaccionaria anti-droga, alentar la venta y difusión de las noticias sensacionalistas y alabar constate y sistemáticamente la cruzada represiva del Estado con su “GUERRA CONTRA LAS DROGAS”, LA GUERRA AL NARCOTRÁFICO”; lo que ocasiona un sometimiento de la población toxicómana al anonimato, la humillación ,el menosprecio y la minusvaloración social, el no-conformismo pasivo.
Por último se encuentran hasta que no se pruebe lo contrario, las organizaciones de izquierda –a excepción de la desparecida revista El Machete, a nadie le interesaba la cuestión de la droga-, que a pesar de comprender el consumo en masa de la droga como uno mas de los mecanismos de explotación y opresión sobre las clases dominadas, sólo se dedican a hacer declaraciones acríticas e irrelevantes sobre la guerra, la caza de brujas y las violaciones a los derechos humanos de los toxicómanos que realiza el estado contribuyendo así a legitimar la ideología anti-drogas de la burguesía. Además de no reconocer abiertamente la situación de la represión, persecución, arresto o encierro clínico que padece la población toxicómana, hacen oídos sordos a sus demandas y necesidades materiales y subjetivas, que lejos de situarse fuera de la lucha de clases representan en la actualidad uno de los principales terrenos de la lucha cotidiana para miles de individuos.

9
No hay revolución sin marihuana, esta tesis es intrínseca a la historia de México y su futuro próximo, recuérdese el popular y alegre corrido de La Cucaracha en la Revolución Mexicana:
“La cucaracha ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fumar”.

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Si hay marihuana sin Caro Quintero, muy bien puede haber marihuana sin capitalismo, sin sus drogas blancas, duras y frías; sus burocracias narco-terroristas enloquecidas por reafirmar sus imágenes de poder para controlar a la población entera y particularmente la que usa y consume drogas. El Estado utiliza la droga para fortalecerse. El narcotráfico es sólo una cara de la moneda, pues, como escribió Monsiváis:
“HACEMOS TODO EL DINERO DEL MUNDO, Y ADEMAS, NO SOMOS TRANSITORIOS.LO NUESTRO DEJO DE SER ILIEGAL AL ALIARSE CON NOSOTROS LOS ENCARGADOS DE LA LEGALIDAD” El Narco del Triunfo.

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Los pachecos nos amamos tanto que ya nos cansamos de que El Estado, los mass media y las instituciones reaccionarias sigan utilizando la hierba como un símbolo de opresión, basados en falsas concepciones sobre ella. Rechazamos su ignorancia, sus tácticas anti-colectivas, la tiranía medico-jurídica-carcelaria, mecanismos sostenidos para mantener en el anonimato y la pasividad a la población toxicómana.

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Los pachecos consideramos que el uso y consumo de marihuana es un hecho que no se debe sancionar socialmente. Clamamos cotidianamente por la desaparición de la Ley que nos hace aparecer como delincuentes, por el sólo hecho de poseerla, ilegales antes de fumarla o como e n f e r m o s por considerar a la adicción o drogodependencia como una enfermedad. No queremos esas tolerancias sociales en una sociedad sostenida sobre la base de la opresión.


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La población toxicómana o d i a el mercado que se hace con la hierba y también las variantes de ese mercado: el mercado capitalista, ilegal, y el mercado blanco estatal, ilegal.
Pugnamos por la abolición de todos los mercados.
¿Quién va a comprar algo que puede ser gratis?

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Los pachecos somos los primeros interesados en luchar por que la población se descuelgue de las drogas duras como el cemento o el alcohol. Nos oponemos a que se siga manipulando a la población con el moderno opio del pueblo. Las loterías nacionales, deportivas, o astrológicas, instrumentos N A R C O T I Z A N T E S para la explotación redoblada en la sociedad capitalista en crisis.
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LOS PACHECOS nos oponemos a los cínicos espectaculares y gandallas intentos del Estado capitalista en su combate estéril para solucionar el problema de la toxicomanía social y evadir olímpicamente la discusión de la cuestión de la droga en general. No es que no quieran sino que no pueden, ¿luego que van a hacer? no mas delincuentes, ni mucho menos enfermos. Perderán el control de las conciencias de las masas urbanas.

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El uso y consumo de la hierba debe ser un acto de libre conciencia ante el control LOBOTOMIZADOR utilizado por las instituciones y los mass media. Rechazamos las imágenes de poder que le han sido impuestas e igual-mente rechazamos la libertad vacía del consumo pasivo de marihuana, DESEAMOS LA AUTENTICA EMANCIPACIÓN GENERALIZADA.
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LOS MEJORES
PLACERES
SUELEN
SER
V E R D E S…

K'I N T A J I M 0 L T I K / FESTIVAL DE JUEGOS (El Carnaval Chamula)



Hace ya tanto tiempo que nadie puede recordar qué año empezamos a celebrar en Chamula, durante los cinco días anteriores al miércoles de ceniza, una gran representación, que nos recuerda el principio del mundo hasta nuestros días, reuniendo a todo el pueblo para pedir un nuevo año de armonía y abundancia.

Cuentan los ancianos que hubo una creación anterior, en que los hombres eran de palo, y tan soberbios, que no sabían agradecer ni celebrar la Vida.

Como castigo recibieron un gran diluvio, del que escaparon algunos subiéndose a los árboles, y por comer carbón y frutas sin esperar el Santo maíz, fueron convertidos en monos.

Estos monos regresan cada año, vestidos con los trajes de alzados conquistadores que han venido en la Historia a tratar de romper nuestra alianza, nuestra armonía y nuestras costumbres:

Bajan en manadas para participar en el K'IN TAJIMOLTIK, nuestro Gran Festival de Juegos; tiempo de los tiempos en que todo lo que ha existido vuelve a suceder, pero al revés, y tan rápido como en un sueño. Tiempo también en que los dueños de la oscuridad y del desorden tratan de impedir que Jesucristo el Sol salga del frío invernal y nos traiga la primavera para iniciar la siembra del maíz. Para ayudar al Sol Nuestro Señor en esta continua batalla, cada año nuestro pueblo elige a tres de sus mejores hombres.

Son tres pasiones entrantes y tres salientes los que dirigen la Fiesta, uno por cada uno de los tres barrios, asesorados por tres Yajotikiles o consejeros rituales. Ellos nombran al personal que participa en la Fiesta, sacrifican cada uno un toro y contraen fuertes deudas para pagar todos los gastos, banquetes y bebidas de los participantes.

Un Pasión representa al Primer Soldado o Caballero; otro, intermedio, sirve de enlace entre el primer grupo de abanderados y el Pasión xinolan, o "señora", con traje de mujer, que corre atrás con lentitud durante las tres vueltas que se dan a la plaza, cruzando las banderas frente a las cruces que marcan las cuatro direcciones del mundo y los tres Calvarios, uno por cada barrio. Este saludo es símbolo del Sol, y una bendición para el pueblo. Los tres Pasiones entrantes participan junto a los salientes, aprendiendo su cargo; cada año van rotando el papel de los barrios.

Al venir de regreso de casa del Pasión, los Tzan Pometik inciensan las banderas, que representan el sagrado tiempo florecido.

Les acompaña la música de los Maxes libres, que bajan de las montañas para mostrar su voluntad de participar en la Fiesta, alegrándola con sus danzas, chistes, bromas y música.

Cada punta de lanza es un mes, un rayo, una cabeza brillante de Jesucristo el Sol.

Al terminar la ofrenda de copal a las banderas, el PIXKAL lanza una proclama, ridiculizando a los conquistadores y a la guerra de castas, y con ello a los foráneos que han intentado, sin lograrlo, cambiar nuestras costumbres:

–“¡Chamulas!”

–“¡Loco Febrero!”

–“¡El Primer Soldado vino a México, vino a Guatemala, vino a Tuxtla, vino a Chiapa, vino a San Cristóbal!; ¡vino con banderas, vino con tambores, vino con cornetas!: ¡Vivaa!”

–“¡Compañeros!”

–“¡El Segundo caballero vino a México, vino a Guatemala, vino a Tuxtla, vino a San Cristóbal!; ¡vino con banderas, vino con tambores, vino con cornetas: ¡Vivaa!

–“¡El último caballero vino a México, vino a Guatemala, vino a Tuxtla, vino a Chiapa, vino a San Cristóbal; vino con cohetes, vino con cañones, vino con pitos, vino con clarines, vino con banderas, vino con cornetas; vino Mariano Ortega y Juan Gutiérrez!; ¡entre los tres, con su señorita Nana María Cocorina, juntos fueron al monte a echar corcovia! ¡Después de echar corcovia regresaron comiendo melcocha, y comiendo pamasaquiles y comiendo morcilla!: ¡Vivaa!”–.




Al terminar la proclama los tres Pasiones se retiran con sus grupos a las casas adornadas que han alquilado para desempeñar sus cargos.

Así se dan tres vueltas a la plaza, inclinando las banderas cada vez que se cruzan. Luego rezan la oración de las "tres veces" y se van a la casa del Primer Pasión, donde toman atole, tamales de frijol y aguardiente. Después visitan al Segundo Caballero, para terminar el día en casa de la xinolán, "señora" llamada también Nana María Cocorina, representada con traje de mujer por el tercer Pasión o Caballero.

En este mes de cinco días, el Ch'ay k'in, el Sol bajará a descansar de su carga en las personas de los Pasiones, por lo que antes deben purificarse, ayunar y guardar abstinencia, al igual que sus esposas. Si llegaran a cometer alguna falta, caería la lluvia durante la fiesta, lo que traerla muchas calamidades para el Pueblo, y castigo de cárcel para el Pasión que haya pecado.

Uno de los deberes principales de las autoridades es procurar que se cumplan fielmente nuestras costumbres y tradiciones, y se mantenga unido el pueblo, en beneficio de todos.

El Presidente municipal y las autoridades eligen cuidadosamente a los Pasiones, entre los hombres más trabajadores y de mejor comportamiento, lo que les da el gran honor de tomar la carga de Jesucristo Sol durante un año, representándolo cada veinte días durante 18 meses y relevando su cargo el Pasión entrante en los cinco días de esta Fiesta, con lo que adquieren el respeto y el prestigio que les concede el Pueblo, al que han servido con devoción y entrega admirables.

Las invitaciones de hojas de Pech' Vo' también se distribuyen entre todo el pueblo, para celebrar en armonía y comunión, el banquete sagrado.

Para procurar a todos alimento, los Pasiones han sacrificado un toro cada uno y han distribuido enormes cantidades de bebida y alimentos entre los participantes de la Fiesta .

Al aguardiente se le llama en los rezos “Nichim Yanalté”, jugo de la santa flor y de las hojas sagradas, y es tratado con reverencia al beberlo en comunión para entrar en armonía con los seres sagrados.

El Maltajimol, juglar o bastonero, anima la danza de las banderas alrededor de los baj bin, tambores sagrados: un cántaro representa la antigüedad y el otro el tiempo nuevo que se espera.

Al ritmo primigenio de estos BAJ BIN de barro, piel de venado y redes de pita, deberán bailar los elegidos por el Maltajimol: nadie puede ni quiere rehusarse a bailar con el Chilón, la sagrada piel de jaguar con cascabeles sobre la espalda.

A esta ceremonia en que interviene el jaguar se lo llama "dar libranza".

Después de bailar, entregan la bandera y son cargados frente a pasiones y autoridades, a quienes saludan tocando sus ''bendecil'', rosarios de listones.

Los Maxes rezan bendiciendo el caldo picante y los tamales de frijol.

Los listones que adornan las banderas representan las bendiciones que el Sol hace descender sobre sus criaturas. Bailan al ritmo de los tambores del tiempo y los cascabeles del chilón.

Presidente municipal y autoridades saludan con un re¬zo a los Pasiones, que contestan con reverencia, mientras los asistentes sostienen los sombreros ceremoniales en señal de respeto a las banderas sagradas que se encuentran tras ellos.

Autoridades civiles y religiosas se vuelven hacia el Sol para bendecir los alimentos. Después se tocan los “bendecil", para transmitirse buena voluntad. De ellos depende el cumplimiento fiel del orden riguroso y la gran solemni¬dad en los rezos y ceremonias para dar el ejemplo de la devoción que debe procurarse siempre a los seres sagrados, aún enmedio de los cohetes, las trompetas y la algarabía de la danza.

Cada vez que se sirven alimentos, los Pasiones y las autoridades rezan y bendicen los alimentos y bebidas tradicionales.

Con los bastones transmiten poder sagrado, luz y fuerza a la comida que todo el año será distribuída por el ca¬lor del Sol a nuestro Pueblo.


Autoridades civiles y religiosas se vuelven hacia el Sol para bendecir los alimentos. Después se tocan los "bendecil", para transmitirse buena voluntad. De ellos depende el cumplimiento fiel del orden riguroso y la gran solemnidad en los rezos y ceremonias para dar el ejemplo de la devoción que debe procurarse siempre a los seres sagrados, aún enmedio de los cohetes, las trompetas y la algarabía de la danza.

Cada vez que se sirven alimentos, los Pasiones y las autoridades rezan y bendicen los alimentos y bebidas tradicionales.

Con los bastones transmiten poder sagrado, luz y fuerza a la comida que todo el año será distribuida por el calor del Sol a nuestro Pueblo.

Todo mundo disfruta del banquete en alegre comunión.

Mientras comen y descansan, comentan simbolismos como el rojo del Sol en el estambre que adorna sus sombreros ceremoniales.

Música de arpa, guitarra y acordeón acompaña siempre estos rituales; los instrumentos viven, y se les invita pox de vez en cuando, para que toquen contentos.

Continúa la danza del Chilón mientras se recolectan los bastones de los autoridades para recibir incienso y bendiciones.

Juntos representan la religiosa unión de cada uno de los parajes de nuestro Pueblo, y sus extremos de pulida plata son reflejos del Sol, el dios del maíz que alumbra con su bondad a nuestra Madre Tierra.

Las mujeres atienden cada detalle de las ceremonias, incensando el espacio y procurando la armoniosa distribución de los alimentos que han preparado para el convivio.

Uno de los TZAN POMETIK baila la danza del jaguar con su incensario, alrededor de los tambores.

También uno de los “cantores" o trompeteros.



El Sagrado Chilón representa el conocimiento más antiguo y secreto de nuestras costumbres; se le brinda un rezo mientras el chilonero lo sostiene frente a Pasiones y autoridades. Después lo agita, transmitiéndoles su poder, y les presenta sus respetos tocando sus bendeciles.

Terminada esta ceremonia, se retiran a la casa del siguiente Pasión.

Otros Maxes reciben sus alimentos y continúan las danzas del jaguar, animadas por los bastoneros.

Ahí también se bebe Ul, atole de maíz.

El personal de los Pasiones sirve el caldo picante que una vez descubrió los secretos del calendario, reflejando los instrumentos del antiguo juego de pelota, cuando caían del centro del techo de la primera casa de la humanidad.

Este sagrado caldo viene de los toros que los Pasio¬nes han sacrificado para esta Fiesta.

Uno de los cantores sigue tocando su trompeta, mientras el Tajimol lo carga frente a las autoridades, que reparten los alimentos.

El domingo el Pasión entrante, ya vestido de rojo, baila también la danza del jaguar. Le dan libranza, y luego bendice los alimentos..

El Tercer Pasión representa la xinolan, mujer que dio a luz el mundo. Al vestir un varón de mujer se simboliza la unión de nuestros primeros padres y madres, que hicieron al mundo en sueños.

El tejido de algodón y sus dibujos atraen la lluvia y la abundancia, al igual que los bajbines, cántaros tambores.

Para invocar esa alegría los Maxes sirven aguardiente.

Luego se inicia un largo rezo a las banderas, y se les ofrenda perfume de copal, que es como la sangre de nuestra Santa Madre.

Después del rezo se regresan los bastones a cada una de las autoridades, de acuerdo a sus señales de jerarquía. Cada quien recibe el bastón que le corresponde.


Así pasarán todo el día, visitando a los Pasiones.

Antes de esta creación dicen que habla una enorme obscuridad, un enorme desorden. Los hombres de palo pasaban el tiempo en guerras. Para burlarnos de aquel desorden y condenar las guerras de la antigüedad, organizamos una guerra en farsa: La gente busca estiércol seco de caballo y se divide en dos grupos:

México contra Guatemala.

Maxes comisionados se encargan de cuidar que todo mundo se divierta lanzándose puñados de apestosa boñiga. Nadie se tira piedras o cosas duras.

Como debe ser, la breve batalla termina con un acuerdo, y todos alegres se dirigen al ojo de agua:

Ahí celebran el empate, descansan, se divierten y se lavan con el agua fresca del manantial sagrado, casa del Ángel, que así participa en la Fiesta.

Mientras, cerca del ojo de agua, continúa la danza de las banderas alrededor de los tambores. Los maltajimoles dan libranza con el chilón de jaguar y cascabeles. También inciensan las banderas, y hacen lo mismo que los días anteriores en casa de los Pasiones.

Entonces los Maxes inician un canto y bailan el Bolom chon (Animal o jaguar serpiente), agitando sus sonajas frente al grupo de arpas.

Las mujeres de los Pasiones participan y organizan detalles de la Fiesta.

Música del jaguar serpiente, guitarras y arpas que acompañan todos los rituales solemnes.

Dicen que el mundo lo creó Dios como una casa, empezando por el cielo, que es como el techo romboidal del mundo. Las estrellas son la paja del cielo. Por eso la gente joven toma paja de una casa vieja y la riega por el camino del Sol, frente al atrio de la iglesia.
Es como el camino que todos los días del año recorre con su carga de bendiciones Nuestro Señor Sol. Ese es su trabajo, que hace con sacrificio para que sus hijos se alegren. En estos días descansa un poco de su tarea, cuando los pasiones le ofrecen ayudarle en su carrera, como otros ayudaron a Cristo con la Cruz.
Mientras los Pasiones y sus personales se preparan para la carrera, los Maxes y sus ayudantes expulsan violenta mente a los incautos perros que lleguen a profanar el camino.

Luego prenden fuego a la paja, y el contingente de los tres Pasiones se lanza a una serie de carreras sobre las llamas, purificándose e impregnándose de calor solar, personificando la carrera del Sol que sale triunfante del Sur, del frío y debilidad del invierno, y regresa con toda su fuerza hacia el rojo del Oriente para darnos calor, lluvias y cosechas abundantes, que son las bendiciones que nos da nuestro Santo Padre para lograr la Felicidad de sus hijos.

Para agradecer el buen término de la carrera sobre el fuego, los Pasiones rezan frente a los Portadores de banderas, y después los tres grupos salientes relevan sus cargos a los entrantes.

Hay una estrecha comunión entre ellos.

Solemne, el Pasión xinolan se despide con dignidad de su cargo de Nana María Cocorina.

Se intercambian bebidas, jugos de santa flor, medio eficaz de entrar en armonía. Cuando ya no desean beber, aceptan por cortesía, pero lo vierten en botellas o cuernos de toro, con ayuda de un embudo.

Y como en nuestras leyendas más antiguas, en que los héroes quemaban casas y las renacían multiplicadas, y se destazaban, reviviendo después para salvar a sus hijos de los malvados seres de la oscuridad, los toros que fueron sacrificados para alimentar al pueblo durante la fiesta reviven y regresan multiplicados como símbolo de la fertilidad y abundancia que Jesucristo el Sol regala a sus hijos, cuando cumplen con devoción y entrega mística su trabajo en el campo, y sus cargos al servicio del Pueblo.

Algunos valientes jinetean estos toros, y la gente se divierte con las inevitables caídas.

Los Maxes apartan a los espectadores, a fin de evitar les peligrosas cornadas.

Otros se encargan de controlar a las fuerzas del mal, dirigiendo con fuertes lazos a los toros.

Algunas mujeres se divierten. Otras ruegan que no haya accidentes.

La cabeza con quijada descarnada de uno de los toros de ofrenda, símbolo numérico de la muerte del mal, el número 10 que significa lajuneb, final de cuenta, con su muda presencia participa de la danza que inicia con su canto el mono mayor, bankilal Max, frente al grupo de músicos.

Bailan los monos, agitando sonajas de jícara con semilla y hueso de pata de venado o guajolote.

Arpas, guitarras, acordeón, trompetas, flautas, cohetes y tambores sagrados han sonado durante todo el Carnaval, armonizando un año más la antigua historia de Chamula, como nos enseñaron nuestros antepasados.

Así hemos hecho siempre, y así pasa año con año nuestro K'IN TAJIMOLTIK, Festival de Juegos.

Un año más trabajaremos para que el Sol siga alumbrándonos, para seguir ofreciendo a Dios, a Jesucristo el sol, esta grandiosa Fiesta, con total gratitud, y con la esperanza de que sus bendiciones procuren la paz y la abundancia para todos los hijos de la Santa Tierra.

Francisco Álvarez Quiñones
ITZAMNÁ
Arte y Literatura Maya
Calle Diego Dugelay 33
Tels: (01 967) 67 8 82 13

FILOSOFÍA MAYA




LA FILOSOFÍA MAYA Y SU IDENTIFICACIÓN CON LOS ELEMENTOS,
LA NATURALEZA Y EL ORDEN DEL COSMOS, FRENTE AL CAOS MODERNO
Fragmento introductorio del ensayo “El Sistema Alimentario de los Mayas”,
por Francisco Alvarez Quiñones.
Sna Jtz’ibajom, Cultura de los Indios Mayas, A.C.”

Hay saberes que trascienden al paso de los siglos por su propia y vital naturaleza, como es el caso de los sistemas alimentarios de los Mayas, legados desde hace milenios por los Mokayas u Olmecas, pueblos agrícolas y religiosos, principalmente del maíz y del sol, aunque más propia y profundamente del tiempo, la naturaleza y el orden del Cosmos, cuyos descendientes han perseverado sabiamente, siguiendo la tendencia humana de recrear, reorientar y revitalizar de múltiples maneras sus culturas milenarias, de tal manera que en los tiempos actuales existe un creciente movimiento conjunto entre mayas y zoques (inserto en un movimiento nativista más amplio, de cobertura mundial), que a pesar del inminente vértigo de cambios y deterioro ambiental que amenaza a todos los seres vivos y a la humanidad, se encarga de preservar, desarrollar y evolucionar sus filosofías y culturas de respeto y amor a lo que ha sido creado y sostenido con orden durante veintenas de siglos.
Para explicar este fenómeno o movimiento de revitalización de las culturas en Chiapas, los antropólogos Kasuyasu Ochiai y Victoria Bricker citan la definición de Anthony F. Wallace: “El movimiento de revitalización es deliberado, organizado, consciente, y consiste en los esfuerzos de una sociedad para construir una cultura más satisfactoria”. (Wallace, 1956: 256; citado en Bricker 1981:5) En otro lugar, Bricker establece un paralelismo entre el nativismo y el movimiento de revitalización, citando a Ralph Linton, quien define al nativismo como: “cualquier intento consciente y organizado por parte de los miembros de una sociedad para revivir o perpetuar aspectos selectos de su cultura” (Linton, 1943:230, citado en Bricker, 1981:177, 327n4). Los mayas y zoques participantes en los actuales movimientos sociales, al igual que muchos jóvenes y adultos universitarios de Chiapas, en términos generales y de manera colectiva, definen y defienden al nativismo no solamente como un concepto, sino como un proceso que busca la liberación (consistente en un estado creativo de paz y orden, con seguridad y soberanía alimentaria, con justicia y dignidad) de gran variedad de formas de discriminación, marginación e imposición cultural extranjerizante. Ese proceso demanda el derecho de los individuos y pueblos nativos a la autonomía económica, social, política, espiritual y educativa; es decir: el renacimiento, revitalización y desarrollo pleno de las culturas originarias, para lograr igualdad de oportunidades y mejorar la calidad de vida de las generaciones indígenas, actuales y futuras de un país históricamente colonizado y cada vez más aculturizado y dominado por estructuras socioeconómicas y culturas extranjeras, totalmente opuestas a la filosofía, los principios y derechos fundamentales de los pueblos originarios, como se establecen en el convenio 169 de la OIT, el cual ha sido ratificado por México, Noruega, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Paraguay, Perú, Honduras, Dinamarca, Guatemala, Países Bajos, Fiji, Ecuador y Argentina, con incidencia tal, que los sectores mayoritarios indígenas y populares, sobre todo después del movimiento iniciado en Chiapas en 1994, consideran que es obligación del Estado Mexicano:
1. Ajustar su legislación interna a los términos del tratado internacional
2. Establecer Políticas Públicas de reconocimiento a los derechos colectivos de los pueblos
indígenas, como aplicaciones prácticas del citado convenio.
3. La aplicación directa por las autoridades administrativas y judiciales Federales, Estatales y
Municipales del país, de las disposiciones del convenio.

A pesar de ello, permanecen aún sin cumplir los postergados Acuerdos de San Andrés, en todo ajustados a los términos del convenio 169. En el caso de los Mayas y Zoques, tales restituciones, reconocimientos y acciones deberían hacerse incluso como una muestra de agradecimiento por su aportación histórica e ininterrumpida a la seguridad y soberanía del país, pues estas son culturas que con verdadera generosidad han venido preservando con eficacia milenarios sistemas alimentarios, silvícolas, agroforestales y de huertos y jardines silvestres domesticados. Con ello han venido entregando sin reposo, de generación en generación, año tras año, beneficios alimentarios y tecnologías vernáculas, para provecho principalmente del país y de la humanidad, pero también con el afán de preservar la natural providencia y protegerla del insensato abuso que tiende a destruir, como en la fábula de la gallina de los huevos de oro, todo lo que de bueno existe en la Sagrada Tierra y en la Madre Naturaleza.
Para comprender el sentido de amor a la naturaleza de los pueblos mayas y zoques, habría que revisar y replantear con amplitud los conceptos de etnocentrismo y nativismo descritos por Edmonson, como fenómenos naturales, sí, pero del pensamiento holístico y espiritual, ya que los mayas y zoques, en nuestras visiones numinosas, consideramos al Dios Creador del Universo como un Supremo Todo Inteligente, Emocional y Vivo, con alma y generosidad hasta en sus mínimas manifestaciones: a la constelación y al tiempo en que vivimos se les nombra Camino Iluminado, y más cercanamente se aprecian como valores insustituibles el Camino del Sol y el de la Luna; caminos sintetizados a su vez en el calendario de 18 meses de veinte días y 1 de cinco que hacen el año, lapsos de tiempo que se identifican también con el trabajo y con los sueños, como nos ha revelado el profeta y patriarca Lacandón Chan K’in de Najá: sueños que existen con cualidades de otra dimensión, pero siempre entretejidos con la exuberancia realista de la vida, a la manera que nos recuerda un rezo tzotzil, mencionado por el maestro Enrique Pérez López en Abril de 1999, al cerrar el Segundo Encuentro Indígena de las Américas, ya muy cerca del fin del milenio:
“¿Acaso no somos iguales/ a una planta,/ a un bejuco,/ a un árbol,/ a un ave,/ a un animal,/ que mueren,/ que desaparecen,/ de la faz, / del rostro/ de nuestra sagrada madre Tierra?/ Pues no somos eternos/ No somos piedra/ ni somos hierro./ No sabemos cuántos días tenemos/ No sabemos cuántas horas/ Cuántos soles,/ Cuántas Lunas/ Viviremos”.

Sabemos que el deseo que ahí él expresó, es también el de los pueblos originarios de este continente, a diferencia de lo que han demostrado ambicionar los invasores de otras civilizaciones, ya que, como continúa expresando el maestro Pérez, el sueño y deseo de nuestros pueblos consiste en:
“Realizar un mundo donde nuestros hijos puedan verse como hermanos, aunque con diferencias en nuestra forma de ver y entender el mundo, aunque sea diferente nuestra palabra, diferente el color de nuestra piel. Tal vez parezca mucho pedir, pero debemos aspirar a una sociedad más humana y más en armonía con la naturaleza, lo cual es siempre el motivo de nuestras reuniones; en ellas pedimos que nuestros acuerdos lleguen a los oídos, a las mentes y corazones de nuestros pueblos, para seguir defendiendo nuestra existencia”.
La sabiduría y valiente resolución de estos deseos, por la tenacidad que implican, vienen de un concepto indispensable para la vida, de acuerdo a lo que dicen los consejeros rituales y asambleas de ancianos, cuando hacen sonar la caracola, la trompeta o las campanas para llamar y reunir al pueblo, con el fin de celebrar rituales y banquetes, hablando a nombre de la entidad dual llamada “Padres Madres”, o “Totil Me’iletik”, término plural con el que desde el origen de nuestras culturas se designa un solo ser sagrado que sintetiza a los más remotos ancestros creadores, a quienes los ancianos sirven de portavoces para exclamar:
“¡Escuchen todos! ¡El maíz es el origen de nuestra vida! Él es quien habla, quien ríe, quien reza y llora. Él es quien danza y canta: ¡El Sagrado Maíz! ¡No nos olviden, no nos pierdan, miren primero sus casas, miren primero sus pueblos!”


Con ello recordaban las palabras que el Popol Vuj Quiché relata que salieron de la boca de los dioses creadores y formadores, Alom, y kajolom en el momento anterior a la Creación de la humanidad, hecha de maíz blanco y amarillo:
-“Hay que encontrar los medios para que el hombre que vamos a formar, el hombre
que vamos a crear, nos sostenga y nos alimente, nos invoque y se acuerde de nosotros.
Esa será nuestra alianza, ese nuestro acuerdo. Sólo de esa manera lo tendremos en cuenta,
lo alimentaremos y protegeremos”.

Los anteriores conceptos reafirman que la creación y agricultura del maíz como alimento supremo formó el principio de la civilización que llamamos batz’i viniketik, batz’i antzetik: verdadera humanidad de mujeres y varones de maíz, la cual emprendió el desarrollo cultural, económico y religioso que favoreció a nuestras pasadas generaciones, ya que en torno al maíz se integraron los sistemas alimentarios sustentables que permitieron la condición de lekil kuxlejal, verdadera calidad de vida para nuestros pueblos, hasta la llegada de los invasores europeos, y a causa de ellos y su sistema de dominación arrasadora, del forzado y creciente olvido de pueblos enteros acerca de los elementos esenciales para su propia seguridad y soberanía, y por lo mismo, de su propio sistema alimentario, del cual, sobre todo en el mundo globalizado y comercial moderno, se encuentra cada vez más alejada. Ya que los fanáticos frailes satanizaron y destruyeron los códices originarios que describían de maneras rituales una enorme variedad de productos alimentarios y su intercambio, para recordar la bondad de ese sistema alimentario, tenemos que conformarnos con los testimonios de los cronistas de indias, incluyendo al militar que encabezó la invasión depredadora, el capitán Hernán Cortés, quien refiriéndose a la enorme variedad de productos en los mercados públicos, de Tenochtitlan, escribió en sus Cartas de Relación:

“Tienen en esta ciudad muchas plazas, donde hay continuo mercado y trato de comprar y vender. Esta ciudad tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercadería que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y plata, de plomo, de latón , de cobre, de estaño, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas. Véndese cal, piedra labrada y por labrar…finalmente, que en los dichos mercados se venden todas cuantas cosas se hallan en toda la tierra, que además de las que he dicho son tantas y de tantas calidades, que por la prolijidad y por no me ocurrir tantas a la memoria y aun por no saber poner los nombres, no las expreso”

Más escueto aún fue el Padre Ximénez acerca de los mayas, pero queriendo expresar la misma abundancia, ilustra a sus lectores acerca del trueque como forma principal de comercio, pues escribiendo la historia antigua de Verapaz dice:
“…tenían los señores gran cuidado en que hubieran grandes y muy solemnes y ricas ferias y mercados…daban maíz por frijoles y frijoles por cacao, traían sal por especias que era el axi (ich) o chile, también se trocaban carnes y caza por otras cosas de comer; conmutaban mantas de algodón por oro y algunas hachuelas de cobre y oro por esmeraldas y turquesas y plumas…”

Frente al actual sistema alimentario, de venenosa aunque negociable abundancia en los supermercados y comercios modernos, colmados de ofertas aparentemente tan variadas como interminables de productos chatarra, la gente se ha dejado enajenar, y engañada y hundida, ha dejado de preguntarse cuestiones tan fundamentales como éstas: ¿Quién produce nuestros alimentos y cómo se producen? ¿De dónde y cómo llegaron a nosotros? ¿Quién tiene el control sobre la tierra y el sistema alimentario en cuanto tal? ¿Quién puede alimentarse bien, quién solamente sobrevive y quién padece hambre? ¿Cuán seguros, saludables y nutritivos son nuestros alimentos? ¿Porqué el abastecimiento racional del agua, que nosotros considerábamos sagrada, y que ahora se ha vuelto mercancía, está en crisis? ¿Porqué está decayendo la economía rural y porqué está desapareciendo la agricultura familiar, no sólo en los países en vías de desarrollo sino también en el mundo desarrollado? Además de haber caído en la incapacidad de hacernos esas y parecidas preguntas fundamentales, para luego respondernos con acciones positivas para beneficio de la colectividad, hemos caído en la indiferencia hacia un vacío muy doloroso, por el culturicidio y etnocidio que implica: la pérdida de conocimientos tradicionales sobre la agricultura en pequeños predios, el aprovechamiento racional de los bosques y selvas como jardines domesticados, la pérdida de destrezas tradicionales en el empleo de alimentos de origen local, y de la religiosidad, que implicaba respeto a las personas y al sistema alimentario sustentable, el cual giraba, junto con muchas plantas de enorme poder alimenticio y profiláctico, alrededor de la cultura del maíz. Para colaborar al constructivo debate alrededor de esos y otros complejos cuestionamientos, se hace perentorio adquirir la visión y crear una serie de misiones que sinteticen y divulguen las vastas indagaciones colectivas que los sectores concientes de la sociedad han emprendido, las cuales deben ampliarse y profundizar en recomendaciones y acciones efectivas para incidir en políticas públicas, remediar carencias y optimizar el futuro, por ser fruto primicio de muchas reflexiones, consultas, pláticas y lecturas, de lo cual se espera que se susciten comentarios y propuestas con respecto a una filosofía y práctica social de amor y convivencia con la naturaleza, para integrar verdaderos Sistemas Alimentarios Sustentables, que brinden a todos los sectores de la población la Seguridad Alimentaria indispensable que ahora resulta vital, si es que como hermanos en la humanidad sencilla o verdadera, nos proponemos corregir errores y lograr calidad de vida para quienes puedan afrontar con éxito las crisis, y pasar a formar parte de las generaciones venideras.

Francisco Álvarez Quiñones
“El Sistema Alimentario de los Mayas”,
Sna Jtz’ibajom, A.C. –Universidad Intercultural de Chiapas
Enero del 2009
San Cristóbal de las Casas, Chiapas.